Arquitectura mexicana: Museo Universitario Arte Contemporáneo

muac

El Museo se inserta en el costado de una nueva plaza que sirve de entrada al Centro Cultural Universitario. Su fachada, inclinada a 45 grados, forma un pórtico que conduce a la Sala de Conciertos y a los Teatros del mismo Centro Cultural. El vestíbulo es un espacio de doble altura que atraviesa todo el edificio y conecta la plaza con la Biblioteca Nacional ubicada al norte del conjunto.

Una demostración de arquitectura contemporánea

El museo se desarrolla en dos plantas; las salas de exhibición ocupan la planta alta al mismo nivel de la plaza, junto con la recepción, la librería-tienda y el área educativa. Tiene catorce salas de distintos tamaños y alturas agrupadas en cuatro secciones, que funcionan como pequeños museos.

Las salas están diseñadas con un módulo de 12 metros de ancho con diferentes largos y alturas de 6, 9 y 12 metros; dimensiones que fueron cuidadosamente investigadas al visitar a 35 museos y galerías dedicadas al arte actual.

Las cuatro salas que se ubican en la fachada principal pueden integrarse con cortinas al espacio de la plaza; que también es un espacio de exhibición.

Todas las salas tienen iluminación natural filtrada en un espacio-plafond, con un doble reflejo que produce una luz envolvente, uniforme sin sombras (que ha sido celebrada por los curadores y museógrafos). El espacio del plafond aloja las instalaciones de luz y clima y una batería de cortinas operables que pueden obscurecer totalmente el área de exhibición.

El Arquitecto Teodoro González de León, coautor a inicios de los años 50 del plan maestro de la capitalina Ciudad Universitaria, fue llamado por el rector Juan Ramón de la Fuente para crear el MUAC e insertarlo en el plan de renovación del patrimonio arquitectónico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El museo demoró su apertura casi un año, pero valió la pena.

El MUAC -que dispone de sitios únicos en América Latina como la sala de experimentación sonora y el laboratorio de conservación- dará relevancia a la exposición de obra y la gestión del conocimiento.

El proceso creativo de González de León no experimentó ninguna limitante. Para identificar las necesidades de los artistas contemporáneos, visitó 40 museos en cinco países.

“Está el temor de que no salga y conforme pasa el tiempo me sucede con más intensidad, porque trato de no copiarme», dice el arquitecto.

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