El Centro Bursátil Mexicano: una pieza arquitectónica y emblemática de la Ciudad de México

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El edificio de Bolsa Mexicana de Valores es uno de los edificios más emblemáticos que podemos encontrar en la Ciudad de México. Está ubicado en Avenida Paseo de la Reforma, Colonia Cuauhtémoc. Su inauguración fue en el año de 1990 con el fin de crear un magnifico hotel, pero desgraciadamente el proyecto no tuvo continuidad, fue entonces que al final de los ochentas comenzó la remodelación para darle vida al Centro Bursátil Mexicano que actualmente conocemos.

Un diseño futurista y un toque vanguardista.

Esta obra arquitectónica fue realizada por el famoso arquitecto Juan José Díaz Infante (1936- 2012) que en sus años de gloria pudo aportar infinidad de edificios a la humanidad. La personalidad de Díaz fue algo que también lo distinguió, ya que él renuncio a ser un arquitecto, para mejor convertirse en “diseñador de espacios y sistemas”

Apoyado por el ingeniero Leonardo Zeevart, el edificio se caracteriza por el uso de esferas en la estructura y su diseño futurista. Se puede apreciar que la forma del edificio es la unión de varios prismas, una de veinticuatro pisos y quince metros de altura y la otra parte por una bola de cristal cubierta también por cristales, donde el principal es el de mayor jerarquía por su altura, enriqueciendo la perspectiva del lugar.

La posición de los prismas le dan equilibrio a la estructura y al mismo tiempo le otorga un juego perfecto de armonía, la ubicación es perfecta ya que aprovecha al máximo la luz y la combinación de colores que resaltan en cada relieve de las uniones entre cada prisma.

Cabe mencionar que está cubierto por cristales de dos colores, azul y negro haciendo que el edificio tenga presencia y sea imponente a los demás. La propuesta principalmente fue destacar este edificio de los demás que ya existían en Paseo de la Reforma, por lo que al finalizar el proyecto se obtuvo una infraestructura impresionante al ser diferente mantener un balance perfecto entre arquitectura y diseño.

Juan José Díaz Infante fue un icono en su momento, hoy en día sus diseños parecen un futuro congelado, sin embargo sus ideas sobre el espacio y la construcción conservan vigencia, ya que son ejemplo de arquitectura autosustentable donde existe una convivencia armónica entre el hombre y el medio ambiente. No cabe duda que sus ejemplos forman parte de la memoria construida de la Ciudad de México.

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