Seguramente lo habrán apreciado en diferentes películas y comerciales, siendo una de las zonas de Nueva York más famosas por este hecho. Hoy les presentamos el Edificio Flatiron, un rascacielos de más de 100 años que sigue causando impresión entre la comunidad arquitectónica.

Una manzana triangular llena de arquitectura

Su construcción finalizó en 1902 y fue diseñado por el arquitecto Daniel Burnham, uno de los personajes más famosos en su profesión por aquellos años. Su fachada está hecha de caliza y terracota, además de estar dividida en tres partes. Una de sus principales características es el uso del acero, material que permitió al proyecto alcanzar 87 metros de altura.

De hecho, gracias a esta estructura de acero interna, los posteriores proyectos de rascacielos en el mundo comenzaron a utilizar esta técnica, retomando algunos puntos hasta nuestros días.

En su extremo redondeado, sólo se encuentran dos metros de ancho, dejando además un ángulo de 25 grados en las dos fachadas, lo que hace al edificio tan particular. En su totalidad, el edificio cuenta con 22 pisos, los cuales funcionan en la actualidad como oficinas, albergando anteriormente un mirador y una zona de restaurantes. De igual forma, en el lobby se exponen algunas fotografías que cuentan cómo fue la construcción del edificio.

Tal es su importancia en el mundo de la arquitectura, que en 1989 fue declarado Monumento Nacional de Estados Unidos. De igual forma, está inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1979.

Uno de los datos más curiosos de este edificio es que debido a su construcción provoca un túnel de viento en las calles aledañas. La expresión 23-skidoo viene de esta circunstancia, ya que a raíz del mismo viento, algunas personas se colocaban en las calles a la espera de ver levantado el vestido de alguna mujer y poder apreciar los tobillos… estamos hablando de los años 20.

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